Por Valentina Castaño
Hace no más de un par de décadas, ver turistas en Medellín, y particularmente en su centro, era una total rareza. Tras salir de una época violenta de incertidumbre y estancamiento económico, la ciudad parecía tener poco que ofrecer a turistas atemorizados por lo que leían en la prensa.
Hoy, caminar por Junín, la Plaza Botero, el paseo de La Playa, la Plazuela San Ignacio, la Avenida Oriental, o cualquiera de los parajes del centro, es toparse con personas de otras ciudades y nacionalidades.
Es tal el auge del turismo en la ciudad, que Time Out, una popular revista internacional especializada en turismo y estilo de vida, puso a Medellín en el tercer puesto de su listado de ‘Mejores ciudades para viajar en 2022’, solo superada por Edimburgo (Escocia) y Chicago (Estados Unidos). La capital antioqueña fue la única ciudad colombiana y la mejor de América Latina, entre 52 urbes elegidas por 30 mil votantes.
Porque la rutina facilita acostumbrarse a los entornos, por más bellos que estos sean, vale la pena recordar aquello que ha hecho que la ciudad haya dado este giro positivo y que hace que sea tan apetecida para visitar hoy en día.
¿Qué ofrece el centro?
Al pensar en el centro, la palabra que se viene a la cabeza de muchos es diversidad.
“Cuando hablamos del número de empresas que se encuentran registradas, matriculadas y renovadas al corte del año 2021, nos encontramos con que el centro de Medellín cuenta con 1923 empresas relacionadas con actividades de turismo, entre alojamientos, agencias de viaje, operadores turísticos y más”, explica Ana María Palacio Lopera, Gerente del Clúster Turismo de Negocios de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
Las actividades culturales son uno de los atractivos. El territorio alberga el mayor número de teatros, monumentos y edificaciones patrimoniales de la ciudad, cuenta incluso con Prado, un barrio entero declarado sector de interés cultural de conservación, con 261 bienes de interés cultural dentro de él.
“Desde el clúster de turismo de negocios de la Cámara vemos en el centro un espacio privilegiado para contar la historia de transformación que vive nuestra ciudad, el centro ha venido teniendo una mejora progresiva y aumentando su oferta en los diferentes servicios que tiene para los extranjeros y los visitantes nacionales”, continúa Ana María Palacio.
Para ella, en el centro se puede sentir mucho de la cultura de acogida del paisa, al visitarlo encontramos amabilidad, personas que se acercan a reconocer al extranjero y acogerlos en sus locales, la cercanía está muy presente en el territorio, lo que les permite a los visitantes captar la autenticidad de la cultura local a través de, no solo los espacios físicos, sino de la población.
¿Qué falta?
Indiscutiblemente, a pesar de la oferta turística que se ha diversificado cada vez más en el centro, una de las complejidades que sufre este sector es el tema de la delincuencia y el vandalismo.
“Sabemos que el espacio de la Plaza Botero se ha visto afectado por el vandalismo, no solo por el robo de las vallas que se habían construido para proteger este espacio de la delincuencia, sino también en la limpieza, los malos olores y los robos a visitantes. Esta es una tarea que le compete a la administración en cabeza de la Secretaría de Inclusión Social y la de Seguridad y Convivencia. Sabemos que se viene trabajando, pero hace falta un esfuerzo mayor para que los visitantes se sientan más seguros a la hora de venir al centro,” concluye Ana María Palacio.
Y si bien el compromiso de la administración es fundamental, será la unión de las empresas privadas y corporaciones que hacen parte del centro, la que de un impulso mayor para continuar devolviendo al territorio la vida que una vez perdió.
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