Este 2021 se cumplen 13 años desde la creación de esta orquesta sinfónica, que con mucho esfuerzo y poco presupuesto, se ha encargado de traer arte y cultura a los diferentes escenarios de la ciudad.
Por: Valentina Castaño.
En la sala Beethoven, ubicada en el Palacio de Bellas Artes de Medellín, la Joven Sinfónica de Colombia ensaya una obra del mismo artista que da nombre al recinto. Aunque para oídos poco expertos las notas que salen de cuerdas y vientos parecen invitar a lo divino, el director, Carlos Erazo Charry, no está conforme y pide a los músicos detenerse y recomenzar en varias ocasiones. Es estricto con la forma y es de hecho esto lo que más gusta a sus alumnos, quienes motivados únicamente por el amor a la música y el deseo de mejorar aprendiendo con la experiencia del maestro, se quedan como miembros del grupo sin más incentivos.
Es quizá también la vocación artística la principal razón del maestro Erazo para continuar al frente de la agrupación. Fue él mismo quien, pensando en la problemática que generaba la ausencia de una orquesta de estudiantes en las universidades de la ciudad, se convenció de crear una. Y aunque al contar con pocos recursos la tarea parecía una locura, esto no detuvo al director. Fue así como a comienzos 2008 fundó oficialmente la orquesta Joven Sinfónica de Colombia.
“Ya llevamos todos estos años sin presupuesto, sin plata, pura vocación y puras ganas de hacer música de los muchachos y de mi parte. La idea surgió por la necesidad de otra orquesta de estudiantes en la ciudad, entonces yo decidí formar la Joven Sinfónica para que los muchachos tuvieran donde hacer su práctica de orquesta.”, comenta el maestro Erazo.
En un principio los ensayos se hacían en La Casa de la Música del Parque de los Deseos, espacio que les fue prestado por un tiempo y posteriormente se trasladaron al Politécnico Jaime Isaza Cadavid, lugar que albergó al grupo por cinco años. El incesante trabajo de gestión del director Erazo, permitió que hace unos seis años se diera un convenio con Bellas Artes para el préstamo del teatro, los atriles y algunos instrumentos, desde entonces el Palacio se convirtió en su sede.
¿Quiénes conforman la orquesta?
“Llevo 12, casi 13 años en esto y nunca me han faltado músicos, ha habido épocas de crisis, en las que tenemos pocos, pero después siempre llega gente,” comenta el director refiriéndose a los miembros de su orquesta.
En 2008 se fundó la
Orquesta Joven Sinfónica de Colombia.
Para tocar en la Joven Sinfónica no son necesarios muchos requisitos, no se exige el ser estudiante de música o tener una edad en particular, simplemente contar con buen dominio del instrumento, estudiar lo que se está tocando en grupo y mostrar avances en la técnica.
María José Castaño, violinista y comunicadora de la Orquesta, recuerda cómo llegó a ella. “Soy producto de la Red de Escuelas, allí conocí a Carlos. Por la situación de transformación que vivió la Red, muchas personas como yo quedamos por fuera. Pero me cuesta mucho no tocar violín en orquesta sinfónica, en la búsqueda de opciones, una amiga me habló de esta.”, cuenta la joven artista, quien al hablar deja clara la razón y la necesidad de que existan este tipo de espacios.
“Para mí (la orquesta) es algo indispensable en mi vida porque yo no soy violinista profesional o académica, y las sensaciones que genera la ejecución de un instrumento dentro de una orquesta sinfónica no tienen comparación, en cuanto a sensibilidad, el gusto de tocar la música que a ti te gusta, conocer personas,” continúa María José.
Como ella, hay otros cerca de cuarenta miembros a quienes mantiene ahí la voluntad y las ganas de hacer música. Sin embargo, la idea es que sea más que eso. La meta es lograr obtener recursos para que, mínimamente, se pueda ayudar a los estudiantes con la compra de insumos, el transporte o el mantenimiento de sus instrumentos.
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Hay que destacar el esfuerzo de la Joven Sinfónica, la cual incluso a pesar del poco apoyo económico que ha tenido desde siempre, se mantiene y sigue generando contenidos culturales para la ciudad. Su próximo evento será un concierto a puerta cerrada en el que se invitará a los asistentes a apoyar la orquesta en una relación de mecenazgo.
Finalmente, sobre el trabajo de la Joven Sinfónica de Colombia, el maestro Erazo concluye: “La tarea de esta orquesta ha sido formar músicos. Muchos de los que han pasado por aquí están ahora tocando en orquestas profesionales, tanto en Medellín como en otras ciudades. Pienso entonces que no ha sido en vano tanto esfuerzo, porque la verdad sí es mucho el que se ha hecho para mantener la orquesta”.
Hay que darle valor también en especial a la Fundacion Universitaria Bellas Artes por el préstamo de sus instrumentos y atriles y a la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellin por el espacio dado en gratuidad del Palacio de Bellas Artes, tesoro arquitectónico de Medellín y su sala Bethoven,la sala de conciertos más antigua de la ciudad.