Más impuestos y vendedores ambulantes sin control tienen a los comerciantes formales entre la espada y la pared. Piden soluciones.
Por Redacción Centrópolis
Desde una terraza a cinco pisos de altura, la calle Pichincha (entre las carreras Bolívar y Cundinamarca) no se ve. Un mar de sombrillas de colores que alberga negocios ambulantes cubre el asfalto y convierte el trayecto en una verdadera odisea para el peatón, además de un dolor de cabeza para los empresarios formales asentados a lado y lado de la calle.
Rocío, una de las comerciantes más antiguas de la zona, habla con miedo. Dice que aunque varios de los vendedores apostados afuera de su negocio son personas de escasos recursos, hay otros que ya se “adueñaron” del espacio público. Con el dedo señala un puesto de comidas que está a escasos metros de su negocio.
“Llevan más de cinco años ahí y en la temporada de diciembre tienen hasta 10 empleados. El dueño llega en unos carrazos, y sus mismos trabajadores cuentan que tiene varias casas y apartamentos. Y todo sin pagar un solo peso de impuestos”, dice.
Sergio Ignacio Soto, director de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, en Antioquia, le da la razón. Los estudios de esa agremiación revelan que la informalidad y la inseguridad siguen siendo los principales problemas del centro.
“Eso es competencia desleal, porque muchos informales venden productos falsificados y adulterados de pésima calidad, y los comerciantes formales no pueden competir pagando impuestos, prestaciones legales y seguridad. Es que hay verdaderas mafias del espacio público”, sentencia.
Cuando la calle es más rentable
Daniel Manzano, director de Asoguayaquil, explica que un nuevo fenómeno puso al descubierto la problemática de comercio y espacio público que hoy se vive en el centro, especialmente en sectores como el Hueco.
Mientras recorre las calles de la zona, habla de varios comerciantes que entregaron sus locales para establecerse en chazas y toldos improvisados en la calle.
Uno de ellos, a quien CENTRÓPOLIS intentó preguntarle por la problemática, aseguró que estaba en su derecho de vender donde más ganancias reciba. “La calle es de todos y allá adentro (señala un centro comercial) estaba pagando dos millones por menos espacio. Pero eso no es problema de ustedes”, señaló antes de pedirle a la reportera que se alejara de la zona.
Durante dos días de recorrido por el sector, este medio pudo comprobar que la presencia de gestores de la subsecretaría de Espacio Público es reducida: dos por manzana que, en su mayoría, se dedican a caminar por la zona y consumir productos que los comerciantes informales les regalan.
“Los de Espacio Público aquí solo pasan para comer empanada. Desde que les mataron dos o tres dejaron de meterse con la gente que está controlando la calle”, dijo Rocío.
Las ventas bajaron
Janier Mosquera, vendedor del almacén Calzacómodo, reconoce que este año las ventas han bajado y que fechas especiales como el día de la madre tuvieron menos actividad que en el 2016.
“Acá se paga un arriendo de varios millones, más cinco empleados. Y como subió el IVA y se aumentaron los costos para la gente, pues ya quien va a comprar lo piensa más. En el Día de la Madre lo sentimos muchísimo”, dijo.
Según cifras de Fedesarrollo, Medellín tiene el Índice de Confianza al Consumidor más bajo entre todas las ciudades capitales del país con -17,4 por ciento. Eso quiere decir que buena parte de los hogares encuestados en la capital de Antioquia no creen que su situación económica o la del país vayan a mejorar en los próximos 12 meses.
Y según el Dane, la economía tuvo una caída de 7,2 por ciento en el primer cuatrimestre de 2017. Fenalco calcula que por lo menos dos de esos puntos corresponden al descenso en las ventas de productos y servicios.
Pero no todo está perdido. Marina Mosquera, empleada de la tienda Todo Moda, asegura que las esperanzas están fijadas en la Feria de las Flores y la temporada decembrina para salvar el año. “Mientras tanto, nos vamos pegando de las promociones y los clubes para pasar el mes”, cuenta con una sonrisa mientras fija un cartel de -20% en camisetas.
Los culpables de la crisis
Comerciantes y gremios coinciden en afirmar que la reforma tributaria que elevó el IVA al 19 por ciento es la gran responsable de las menores ventas. Pero no la única.
Sergio Ignacio Soto señaló las altas tasas de interés como otro de los determinantes en la disminución de las ventas: “con una tasa de usura del 33,50 por ciento avalada por el Banco de la República, la gente prefiere dejar sus tarjetas quietas”.
Las preocupaciones del comercio
Además de la invasión masiva del espacio público, los comerciantes del centro tienen sus ojos puestos en el plan de renovación que propuso la Alcaldía.
Sandra Hincapié, edil de la comuna 10, aseguró que la ejecución de tantas obras de manera simultánea podría tener un efecto adverso en el comercio. “No nos oponemos a la renovación, pero todo a la vez es un caos”, dijo.
Daniel Manzano señaló que algunas iniciativas para promover la zona se debilitaron en el último año. “Por ejemplo Carabobo, que siempre había tenido decoración navideña, el año pasado no tuvo alumbrado y eso se sintió. Esperamos que este diciembre nos vuelvan a tener en cuenta”, precisó.