Por: Piedad Patricia Restrepo, Directora de Medellín Cómo Vamos.
Entre las múltiples razones que se citan para explicar el deterioro de los centros de las ciudades se hace referencia al traslado de las unidades económicas formales hacia nuevas centralidades y el consiguiente ascenso de las actividades económicas informales. En Medellín, la comuna 10, donde está el centro de la ciudad, mantiene el protagonismo en términos de la concentración de empresas que, a 2016 era 21,8%, equivalente a 20.072 empresas, seguida por El Poblado, con 13.682, según datos de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. Sin embargo, en esta hay mayor participación de las empresas del sector comercio (30%) que son las que presentan mayores niveles de informalidad entre las ciudades colombianas, según el Dane.
En efecto, las cifras del mercado laboral para 2016 muestran que la comuna 10, La Candelaria, tiene la segunda mayor tasa de informalidad en la ocupación, entre las dieciséis comunas de Medellín: 51%. Esto coincide con una situación precaria en materia de seguridad social, pues esta comuna fue la única donde la afiliación al sistema de salud fue inferior a 95% y la proporción de cotizantes a pensión, 49%, fue considerablemente inferior a la de Medellín que tiene el 58%.
En los proyectos de recuperación del centro desarrollados por las administraciones municipales recientes y la actual ha primado la provisión de equipamientos que, a la luz de las cifras, parece no impactar contundentemente las condiciones de empleo allí. La complejidad de las problemáticas que aquejan al Centro de Medellín demanda acciones integrales, que consideren las particularidades socioeconómicas y no solo patrimoniales del territorio, sin desconocer los aciertos y desaciertos de las intervenciones realizadas en el pasado y que evalúen periódicamente el impacto y la pertinencia de las inversiones ejecutadas. ¿Se estará haciendo así?