Suena casi paradójico que el centro, la única zona de la ciudad con recolección de basuras 24 horas al día, sea una de las que mayores problemas tenga con la disposición de residuos sólidos.
Según cifras de Emvarias, cada día salen de la comuna 10 entre 180 y 200 toneladas de basura, cargadas en 21 camiones que hacen diferentes recorridos a las zonas comerciales y residenciales. Eso sin contar con los 180 operarios de barrido y la barredora mecánica que recorren las calles desde Barranquilla hasta la 30; y desde la Avenida Regional hasta Girardot.
Ese despliegue no es suficiente para que Camilo Maldonado deje de ver una pila de bolsas, algunas veces a medio cerrar, en pleno sector de Tejelo cuando va camino a su trabajo. “Hay muchos locales que funcionan de noche y simplemente sacan la basura a la hora que quieren. Y eso queda ahí hasta que los habitantes de calle aprovechan para buscar comida o reciclaje y casi siempre la pila de bolsas verdes y negras queda vuelta un basurero”, explicó.
Edwin Jaramillo, uno de los líderes de zona de Emvarias para el centro de la ciudad, explicó que la falta de cultura ciudadana de los comerciantes y la presencia de habitantes de calle rompiendo las bolsas, son en efecto, los problemas más graves que afronta en su trabajo.
Según su testimonio, hay sectores como la parte baja de El Hueco, donde los comerciantes no tienen en cuenta la hora en la que pasan los camiones. Pero también hay ejemplos positivos como Ayacucho, donde luego de la construcción del Tranvía se hicieron jornadas pedagógicas con los comerciantes y hoy los resultados son visibles.
“En el corredor del Tranvía y las zonas aledañas, ya el 99% de la gente entendió que es un trabajo de todos. Antes tenían los mismos problemas de manejo y disposición de los residuos, pero hoy son ellos los que incluso nos hacen comentarios para mejorar”, agregó.
Lo que falta
Además de reforzar la cultura ciudadana en el manejo de residuos, uno de los retos que enfrenta el centro es generar estrategias de reutilización y reciclaje para disminuir la cantidad de residuos que van al relleno sanitario de La Pradera.
Emvarias, por ahora, no tiene ningún programa dirigido a esa actividad y aunque hay empresas y cooperativas de recicladores que operan en toda la ciudad, su trabajo aún no está coordinado.
José Muñoz, reciclador que recorre la zona de El Hueco y la parte baja de Buenos Aires, asegura que su tarea se hace más difícil por la falta de separación de residuos en la fuente. “La mayoría de la gente solo tiene una caneca donde tiran residuos de comida y cáscaras, hasta papeles, metales y vidrios. Después de que eso se revuelve, no hay quien lo separe fácil. Solamente lo encontramos separado en las unidades residenciales más organizadas”, dijo.